Adivinación del número pensado

Demostración algebraica

Sea a el número pensado:

1. Súmale 7: a + 7
2. Multiplica el resultado por 2: 2 x (a+7) = 2 x a + 14
3. Réstale 6 al resultado: 2 x a + 14 – 6 = 2 x a + 8
4. Divide el resultado entre 2: (2 x a + 8) / 2 = a + 4
5. Réstale el número que pensaste: a + 4 – a = 4

Es decir, independientemente de cuál sea el número del que partamos, el resultado siempre será 4.

Si no quieres usar lenguaje algebraico, también podemos representar lo anterior de una forma muy simple mediante el uso de símbolos:

Curiosidades

El título del artículo es Adivinación del número pensado en lugar de Adivinación del resultado, que sería lo correcto. Esto es así porque aunque en realidad nunca se adivina el número que inicialmente piensa el espectador, es más impactante crear la ilusión de que realmente estamos adivinando el número pensado. Por ello, lo habitual será acabar el juego diciendo: “Estás pensando en el 4”, con lo cual la sensación final que se puede llevar la persona a la que le haces el juego es que realmente adivinaste el número en el que estaba pensando. Esto puede parecer muy obvio, pero en juegos de mentalismo más elaborados que este,  la manera en la que te comunicas con los espectadores es esencial para lograr generar recuerdos que no tendrán que ver con lo que ha sucedido en realidad pero que permiten potenciar el efecto de adivinación. Esto entraría ya en un ámbito que se aleja del objetivo de este blog pero que puede resultar de interés para quien quiera adentrarse en la especialidad mágica conocida como mentalismo.

Como anécdota, y para finalizar este pequeño artículo, en diciembre de 2016 estaba haciendo unas compras en un centro comercial, cuando en la sección de juguetes vi un juego llamado Mr. Creepy. La calavera Mentalista. Se trata de una calavera parlante que realiza varios juegos de mentalismo, entre ellos alguno muy parecido a este que acabo de comentar. Recuerdo que mi hijo de 8 años estaba soprendidísimo de que simplemente siguiendo las instrucciones la calavera fuera capaz de decirle el número que estaba “pensando”.

Ni que decir tiene que casualmente uno de los regalos que trajo Papá Noel esa Navidad a mis hijos y a mis sobrinos fue esta calavera mentalista. Y si, lo confieso no sin cierto pudor, a mí también me trajo una. Lo cierto es que nos hizo mucha ilusión a todos.